México es uno de los 20 productores principales de alimentos orgánicos en el mundo con 520 mil hectáreas de terreno dedicadas a este tipo de agricultura. De hecho, es la primera potencia productora y exportadora de café orgánico y la tercera productora de miel orgánica. Otros cultivos orgánicos producidos en México son maíz, cacao, aguacates, semillas de sésamo o ajonjolí, nopal verdura, granos de vainilla, leche y productos lácteos.
Durante los últimos años se ha registrado un incremento en la demanda de productos orgánicos, sobre todo en los países desarrollados. Esto se debe a la preocupación de la población en la ingesta de productos alimenticios inocuos y sanos, de los cuales se conozca su origen y trayectoria real, brindando la confianza de que han sido certificados para ser denominados y comercializados como “orgánicos” en su etiquetado.
Los alimentos orgánicos son obtenidos de animales, vegetales, sus productos y subproductos, elaborados y procesados de manera amigable con el ambiente, de manera ecológica, cumpliendo con la regulación nacional, evitando el uso de productos sintéticos, como pesticidas, herbicidas y fertilizantes artificiales.
La producción orgánica es un sistema de producción que fomenta y realiza prácticas saludables y de menor impacto ambiental en los agroecosistemas, ya que utiliza insumos naturales y prácticas especiales, como la aplicación de compostas y abonos verdes; control biológico, asociación y rotación de cultivos, uso de repelentes y fungicidas a base de plantas y minerales entre otras. Está regida básicamente por 4 principios: salud, medio ambiente, justicia y precaución.
En México, la producción orgánica ha tenido un crecimiento significativo en los últimos diez años, esta tendencia va en aumento, pues la producción de alimentos orgánicos crece entre 20% y 30% al año. Actualmente los estados con más producción de orgánicos son; Chiapas, Oaxaca, Michoacán, Baja California Sur, Guerrero, Yucatán, Chihuahua, Sinaloa, Colima y Veracruz.
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